Un pelo brillante y saludable es posible, el punto
está en cuidarlo y seguir pequeñas rutinas que lo ayuden a mantenerse en la
mejor condición posible. Les dejamos algunas recomendaciones que ayudarán a
conseguirlo:
1.
Cortar el pelo de manera regular: Normalmente, el pelo largo ha sido sometido a
tratamientos, tinturas, decoloraciones, cepillados y demás, eso hace que se
reseque más rápido y que aparezca el frizz permanentemente. Lo recomendado es
quitar un centímetro cada dos meses, pero si no lo pueden hacer con esa
frecuencia procuren que sea lo más seguido posible. Entre más tiempo dejen
pasar, las puntas que se hayan abierto van a seguir deteriorándose y van a
tener que cortar mas.
2.
Hidratar el cuero cabelludo: De allí parten todos los nutrientes que alimentan
el pelo. Es importante que un par de veces por semana usen un producto que lo
mantenga hidratado, puede ser un champú que contenga aceites naturales, de coco
por ejemplo, o hacerse directamente una mascarilla con aguacate. Hagan un
masaje por un par de minutos, lo que ayuda a estimular la circulación, y dejen
que el producto penetre las raíces.
Mantener en óptimas condiciones el cuero cabelludo es la base para tener
un pelo sano y fuerte menos susceptible al rompimiento.
3.
Buscar el corte adecuado: Dependiendo del tipo de cara, así tendrá que ser
el corte. En el caso de mandíbulas cuadradas, las capas que se cortan a la
altura de la quijada ayudan a suavizar las facciones y si se trata de una cara
redonda, ayudan a adelgazar la cara. Las capas largas en el frente crean la
ilusión de un pelo más largo. Cortar el pelo en capas ayuda a que se vea más
ligero. Elijan el que mejor les siente.
4.
Elijan fundas de algodón o satín: Cuando dormimos y vamos girando la cabeza se
genera una fricción que afecta el pelo, en estos casos lo ideal es tener fundas
para las almohadas de algodón o satín que disminuyen esta fricción. También
pueden evitarla haciéndose una trenza suelta o una colita sobre la cabeza con
una bamba que al ser de tela maltrata el pelo menos que los cauchos. También
pueden usar los elásticos de las medias veladas que se les hayan roto.
Perder peso es un proceso lento y largo y a veces
se hace más lento porque se incurre en algunos errores que deben evitar, así su
camino al peso que están buscando será mucho más rápido y seguro:
·
No comer lo suficiente: Cuando queremos bajar de peso lo primero que pensamos es en dejar de
comer y esto puede funcionar por un corto periodo de tiempo, pero dejar de
comer lleva a que el metabolismo trabaje de manera más lenta quemando menos
calorías. Aparte de eso, cuando no se ingieren calorías suficientes, el cuerpo
comienza a alimentarse de los músculos para obtener la energía que necesita, en
un proceso conocido como catabolismo.
·
Creerle a las dietas milagrosas: Cada día aparecen diferentes opciones, muchas
prometiendo resultados milagrosos, comer solo sopa por una semana, piña y atún
en las tres comidas, solo jugos para quemar grasa, la dieta del tipo sanguíneo.
La mayoría de estas dietas puede ofrecer resultados, pero normalmente es por
cortos periodos de tiempo y cuando la dejen de hacer el cuerpo va a retornar a
donde estaba antes. Lo mejor es comprometerse con un régimen nutricional
saludable que les aporte la cantidad de calorías que su estilo de vida
requiere. Mejor si lo acompañan con algo de ejercicio.
·
Ignorar las señales que nos da el cuerpo: El cuerpo tiene una serie de hormonas que se
encargan de regular las funciones, entre ellas la de cuando tenemos hambre y
cuando nos sentimos satisfechos. Aprender a escuchar al cuerpo es importante. Cuando
pasamos del me siento “satisfecho” al me siento “repleto”, y esto pasa de
manera constante, aparece el sobrepeso. No se trata de ser completamente
riguroso y comer exactamente 300 calorías en cada comida. Pregúntese: ¿Tengo
hambre cada tres horas? ¿Aún tiene hambre cuando terminó su comida? Esto ayuda
a saber cuando el cuerpo necesita comida verdaderamente.
·
Olvidarse de disfrutar las comidas: A veces cuando se entra en una dieta nos podemos
poner un poco “extremos” y dejamos de lado las cosas que nos hacen felices, es
posible comerse un postre o un chocolate después de la comida. Eso sí, evite
hacerlo todos los días y mida la porción que va a consumir. No hay que
obsesionarse con cada bocado de comida que se consume, tome una pausa, respire
y no permita que el objetivo de estar más saludable se convierta en una
fijación nada saludable.
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