Éxito del XXVIII Festival Nacional de la
Música Colombiana celebrado en Ibagué
Reconfortante, esperanzador con proyección nacional
e internacional podríamos calificar esta versión del Festival Nacional de la
Música Colombiana en su versión número 28, realizada en la ciudad de Ibagué,
capital del Departamento del Tolima, donde por estas épocas de marzo ponen a
sonar los tiples, las guitarras, las bandolas y esas extraordinarias voces de
cantantes colombianos apegados a sus tradiciones
musicales, las de sus ancestros heredadas desde las épocas de la colonia cuando
al resplandor de una hoguera y luego de una larga y fatigante jornada de
trabajo en el campo rasgueaban sus instrumentos músicales con coplas sencillas
y dicientes, como cualquier juglar cantando los quehaceres del día. Letras
sencillas, humildes, directas, con mensajes amables, románticos y quejumbrosos
cuando la ocasión lo ameritaba.
Esa herencia vernácula es la que ha preservado el
Festival Nacional de la Música Colombiana que anualmente recibe a muchos
participantes de la geografía nacional, especialmente de la región andina, cuna
de estas manifestaciones folklóricas. No sabe uno como espectador qué admirar
más, si la depurada técnica de los participantes formados en Conservatorio, o el
sentimiento de aquellos que recorren distancias enormes para asistir a la clase
en la cabecera de la vereda obsequiada por las autoridades municipales. Válidas
ambas y más cuando se tiene el placer de escucharlos en los diferentes escenarios
ubicados en la ciudad del tamal y la lechona durante tres días.
Todos son ganadores en este certamen. Todos tienen
su público que lo disfrutan. Es la mejor
vitrina para iniciar el reconocimiento. Algo le aportan con sus presentaciones
a este festival que cada vez crece más como la espuma. Será por aquello que al
frente de su organización y en el mismo carro transitan un grupo de corajudas,
emprendedoras y dinámicas mujeres encabezadas por Doris Morera de Castro que
con poco respaldo económico hacen milagros para mantenerlo vivo y en ascenso
como sucede con él.
Este año de 2014 fue el de la cereza en el postre.
Los tres directores de los festivales musicales más importantes del país se
dieron cita en Ibagué. Presidente del
Festival de la Leyenda Vallenata en Valledupar, música de la sabana costeña y
la costa en general; Presidente de Funmúsica, música de la región Andina con
sede en Ginebra (Valle) y Directora del Festival Nacional de la Música Colombiana
Doris Morera de Castro. Algo bueno saldrá de ahí, todos hermanadas en la
divulgación y conocimiento de nuestra herencia musical rescatándola del olvido
y colocándole un toque de frescura para su mejor divulgación.
Ganadores en categoría de Duetos Óscar y Julio, de
la ciudad de Pereira. Ellos son los nuevos príncipes de la canción colombiana. Su
reinado apenas comienza. Ojalá y
cosechen muchos frutos para fortalecer el tan importante Festival de Ibagué. Gracias a todos sus habitantes por esta
deliciosa serenata de tres días.
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