viernes, 25 de abril de 2014

CALIENTE CALIENTE

SABIDURÍA APUNTADA Y LIBRO REBAJADO

Todo la sobradez que ahora exhibe Amparo Grisales como jurado calificador de “Yo me llamo” no la adquirió por ósmosis ni dedicada a devorar enciclopedias musicales.  ¡No! ¡Qué va! Se le debe al asesor musical que le colocaron, el cual se encarga por el audífono de irle soplando todo lo relacionado con el tema. Mejor dicho, un consueta a la mejor usanza teatrera de antaño. Cuando ella no escucha bien, es cuando hace una mescolanza de términos que  nadie le entiende. Es fallar el aparato y fallar la mente sabia. ¿Será que se está quedando sorda o el apuntador no funciona bien? ¿O el asesor no habla claro?
Como al libro de belleza publicado por ella precisamente no le fue bien en ventas, pues cobrar noventa mil pesos por semejante cosa es algo que no lo saca nadie en ésta época de crisis, los editores decidieron hacer una promoción para desencartarse del mismo. Pronto lo sacarán al mercado con un buen precio, porque hay que desocupar los estantes de las librerías y disimular un poco que ya la “diva” no vende ni siquiera un libro. Veremos a ver si al menos en rebajas la cosa mejora.

EL REGRESO A LA TIERRITA

Como las cosas en España parece que se agravan cada día más y la economía, a pesar de lo que dicen los políticos, sigue aparentemente debilitándose más que otra cosa, mucho colombiano está alistando maletas y regresando al país a pescar en río revuelto. Tomás Zapata, cirujano plástico residente en ese país y quien fuera el encargado de operar hace muchos, pero muchos años a Fanny Mickey, Vicky Hernández y otras famosas, anuncia su retorno a Colombia antecedido de la fama de hace veinte años. Su bandera para ingresar al mercado del bisturí es pregonar que fue quién le hizo el primer lifting a la Grisales. Buena forma de hacerlo, ¿o no?


HAY SECRETOS Y SECRETOS


Las grandes figuras de otras épocas ya no venden porque están fuera del mercado. La línea Paula Andrea Betancur Secret, considerada una de las más bellas reinas de Colombia, tuvo que pasar por la molestia de comprobar cómo su línea era retirada de los almacenes de grandes superficies porque no tocó los corazones ni el gusto de las compradoras. Ni siquiera añadiéndole el reputadisimo nombre “Secret” que identifica a una línea mundial de ropa intima logró el milagrito, porque es que hay secretos y secretos. El público es así de determinante. Lo que no es ningún secreto es que algo va de Paula Andrea a Victoria.

              CELMIRA, EL ADIÓS DE UNA GRANDE
La actriz, célebre por su papel en “Yo soy Betty la fea”, nos dejó entre el pesar de las tablas colombianas
Graciela Torres

Por los años 70 los directores de dramatizados de los canales Uno y Nueve tenían cuatro opciones para encontrar protagonista de sus producciones: las cuatro jóvenes, esbeltas, bonitas, talentosas y con poder de convocatoria hacia los televidentes. Amparo Grisales, María Cecilia Botero y Celmira Luzardo eran tres de ellas. La cuarta opción era María Eugenia Dávila, aunque ella era unos cuantos años mayor que sus compañeras de profesión. La más preparada indiscutiblemente era Celmira Luzardo. 
Hermana del director de cine Julio Luzardo y de la talentosa Consuelo Luzardo, ya era toda una actriz de carácter en los años 80. Por eso no era raro encontrar a la menor del clan Luzardo como protagonista de series y novelas con exigencia actoral como “La Tregua”, adaptación del libro del escritor Mario Benedetti, o “Huracán”, recreación del terremoto de Armenia, escrita por el periodista Juan Gossaín, pasando por “Café con aroma de mujer”, el éxito de RCN de los noventas o “La mujer del Presidente”, todo un hit a nivel de novelas por esa década. O las “Cinco hojas del Trébol”, novela en la cual demostró su histrionismo al darle vida a una mujer de personalidad múltiple. Cinco mujeres diferentes interpretadas por la misma actriz. También estuvo en “Francisco el Matemático” y su último gran personaje en “Yo soy Betty la fea, donde representó a Catalina Ángel, la encargada de mostrar la belleza de Beatriz, escondida por unas gafas horrorosas.
Su hoja de vida muestra la riqueza de su vida profesional como protagonista de novelas, series y películas. Pero no podía ser de otro modo si su formación actoral fue absolutamente rigurosa en Colombia y en el exterior, donde estudió cine en Italia y en los Estados Unidos.
Curiosamente la vida llevó las carreras en la actuación de estas tres compañeras de generación por caminos diferentes. La más rica y pródiga en éxitos sin duda alguna fue la de Celmira, con un palmarés destacado de producciones. Era la más solicitada por su peso actoral a pesar de ser una mujer bonita, delgada, con cuerpo escultural, cualidades físicas no explotadas porque su mira estaba en otras metas.
La vida feliz de Celmira, mimada, cuidada por sus hermanos Julio y Consuelo como por su familia de pronto se vio signada por la tragedia absurda que le arrebató a su esposo, un intelectual a quien amaba profundamente y padre de su única hija Laura. El guardia de seguridad de unas bodegas, “El Hangar”, les disparó cuando ellos ingresaron a los parqueaderos confundidos por lo espaciosos y convencidos que era público. Desde entonces los días cambiaron de color para Celmira, quien a pesar de haberse casado por segunda vez con un Italiano del equipo de Francesco Rossi, el director de cine a quien conoció en Cartagena durante el rodaje de la película “Crónica de una muerte anunciada”, nunca superó la pérdida de su primer esposo. Se radicó en la Isla de Providencia, donde se dedicó a escribir encontrando la paz buscada. Ese era su paradisiaco refugio del cual salía cuando lo necesitaba, pero siempre regresaba.
Distanciada de la pantalla chica, las primeras noticias de su enfermedad comenzaron a conocerse hace ya un tiempito largo. Los rigurosos tratamientos dejaron huella indeleble en su rostro. Así la vieron algunos de sus admiradores en el norte de Bogotá, en un reconocido centro comercial hace algunos meses, tres o cuatro a lo sumo. Era otra Celmira Luzardo físicamente pero con el corazón de siempre.  A pesar de su lucha no logró ganarle a la enfermedad. Se quedó a vivir en Bogotá siguiendo las instrucciones clínicas, quizá buscando su querencia al lado de su amada hermana Consuelo con quien siempre fueron íntimas y compartía sus días, y obvio de Julio, el hermano, director de cine que le enseñó los primeros rudimentos del cine.
Sorpresa para muchos su fallecimiento prematuro. Desconsuelo para la actuación en Colombia que perdió a toda una señora actriz.

MISS & MISTER MUNDO: BELLEZA Y SOLIDARIDAD

Con la visita a Colombia de Miss Mundo, Mr. Mundo y la presidenta de este certamen de belleza, el gran beneficiado sin duda es el Hospital de la Misericordia, a quien Miss Mundo Colombia entregará una sala para atención de pequeños enfermitos. Colombia ha logrado un propósito: ayudar a los niños del mundo de verdad respaldada por Unicef. Nuestro Mister World, el caucano Javier Escobar Parra, convenció a Megan Young, una esbelta y atractiva filipina en posesion de la corona femenina, para acompañarlo a nuestro país en la presentación de su Fundación Camino de Campeones en Cali, para lo cual organizaron una subasta con obras de arte y productos interesantes que fue todo un éxito. Superó las expectativas. Su propósito: recoger fondos para ayudar a niños de escasos recursos a desarrollarse en el campo deportivo y obtener una beca en los Estados Unidos. Él es un atleta completo, campeón nacional de atletismo diez veces, actividad que le permitió estudiar en Estados Unidos y dedicarse a modelar en sus ratos libres. Hoy retribuye esa oportunidad que la vida le dio tratando de incentivar con ayudar económica a los niños con sueños y esperanzas. La tiene clara: “Quiero demostrar que tanto hombres y mujeres con algunos privilegios físicos en los rostros y cuerpos también poseemos sensibilidad social y trabajamos arduamente por ayudar a los demás”.
Megan Young, 23 años, nacida en los Estados Unidos, representó a Filipinas y ganó Miss Mundo. Tiene muy claro lo importante de la belleza interior, de ser ella misma, consejo extendido a los chiquillos presentes en sus eventos sociales en Colombia. No habla español, pero prometió dominarlo para cuando regrese. Aceptó encantada la invitación porque igualmente cree y se compromete con las causas sociales. En la época del tifón que desoló Filipinas su labor con otras compañeras era visitar los sitios más devastados por el huracán llevando ayudas.

 “YO NO PAGO, YO DENUNCIO”

Cuando todos los habitantes de Bogotá andábamos tranquilos y confiados después del golpe propinado a una banda que aplicaba el llamado “paseo millonario” a desprevenidos pasajeros del servicio de transporte público y que le quitaron la vida a un ciudadano norteamericano agente de la DEA, el nuevo Comandante del Gaula Bogotá, el Teniente Coronel Javier Navarro Ortiz, nos echa un baldado de agua fría contándonos que la actividad volvió a tomar fuerza y se debe acudir a la Policía Nacional para evitarlo y prevenirlo. Con la campaña “YO NO PAGO, YO DENUNCIO”, quieren incentivar a los ciudadanos para colaborar con ellos. Nosotros encantados de colaborarles con la difusión de la misma.




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