viernes, 25 de abril de 2014

Bertel y sus pinturas de la selva


Por Adriana Herrera (Miami Herald)
Las pinturas de la selva del artista colombiano Bertel (César Bertel) producen el efecto de esa combinación única entre lo bello y lo extraño que obliga a detenerse ante la obra. Ante el hallazgo de la luz y de los infinitos verdes de las inmensidades amazónicas recreadas por una mano humana en un medio como la acuarela, que podría parecer inadecuado para la honda fuerza de ese mundo selvático, y en un inusual formato de grandes dimensiones.
Bertel pinta las ancestrales formas de la selva como quien entra a un espacio vedado, un espacio que ''no es para el hombre de las selvas urbanas: solo quienes han vivido siglos en la selva penetran sus dominios''. Pintarla es un atrevimiento semejante al de los talladores de tótems. Una labor que hace con la conciencia de estar evocando una materia sagrada y con un conocimiento ecológico, como ocurre con los colibríes de cola larga --una especie endémica de Colombia-- que capta en su raro vuelo estacionario.

La revolución contemporánea de la acuarela

No es un acuarelista complaciente, es un incansable y tesonero trabajador, desafiando hasta su propia exigencia humana al realizar acuarelas en grandes formatos poco usuales en esta complicada técnica pictórica.
Su investigación e innovación de materiales, técnicas, y  procedimientos lo ha llevado a una revolución contemporánea silenciosa rompiendo paradigmas y acabando con los mitos que alrededor de esta técnica acuosa se han tejido en el mundo entero. Ha incorporado a su trabajo de taller antiguos procedimientos descubiertos por los chinos desde el siglo III AC como el entelado de sus obras sobre papel prescindiendo del vidrio, y de los acuarelistas ingleses del siglo XVIII el aerógrafo, un invento que nació para la aplicación de la acuarelas.

Celular 312 549 3197



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